La cosecha para el 2011, los brotes verdes han muerto y hay que tirar de las reservas. Y es que los grandes elefantes económicos, que se alimentaron de créditos que financiaron un crecimiento sin control, se encuentran ahora con un escenario de sequía crediticia que amenaza su supervivencia.
Mientras, los que cebaron estos elefantes, restringen o cortan su alimentación, analizando antes como sería su caída y la trayectoria del impacto, apartándose de repente y sin avisar.
Y las empresas, que son como seres vivos, no quieren morir, y en su afán por intentar mantenerse a flote se alimentan del crédito de proveedores y subcontratas, prolongando unos vencimientos en los pagares que no saben si podrán atender.
Así las cosas, la muerte de una mole económica hambrienta de crédito, aplasta todo brote verde, sembrando en su lugar desolación en la zona afectada por su caída.
Solo sobreviven los elefantes que tienen reservas para aguantar años de sequía, pero la filosofía de estas manadas fue comerse las reservas y endeudarse para engordar lo más rápido posible, pensando en que los años de bonanza nunca acabarían y en la seguridad de que si crecían demasiado serian “too big to fail” (demasiado grandes para caer).
Y mientras los elefantes luchan por sobrevivir, una peste de desconfianza, divorcia a unos consumidores de un consumo que mantendría sus empleos.
Y mientras todo se va al garete, nuestros políticos..... ¿Qué hacen nuestros políticos?
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