Tras los resultados de las elecciones europeas, si no cambian mucho las cosas para las próximas elecciones nacionales, creo que para gobernar se tendrá que recurrir, una vez más, a la combinatoria avanzada. Será interesante, de seguir así las cosas, ver que combinación de partidos tendrá las riendas de nuestro país.
Tenemos por un lado un PSOE, tal y como reconocen desgastado por la crisis, que aún perdiendo las próximas elecciones, si consiguiera mantener unos resultados similares a las elecciones europeas, aún podría gobernar con pactos, si las leyes de la combinatoria y las prebendas exigidas por partidos minoritarios se lo permiten.
Por otra parte, tenemos un PP que no acaba de despegar, ni quitar la tajada deseada en número de votos, que le permita a día de hoy un gobierno en solitario, por lo que con los resultados actuales tendría que reeditar viejos pactos de gobierno.
Y por otra parte, tenemos que los principales árbitros del escenario político a nivel nacional PNV y CIU, aún siendo los partidos más votados en sus autonomías han sido apeados por las leyes de la combinatoria de los gobiernos autonómicos que regentaban.
Y yo me pregunto, y quizás se pregunten muchos votantes ¿Por qué no se hace una segunda vuelta electoral?
En mi opinión, creo que los retos del futuro necesitan de gobiernos fuertes, tanto a nivel nacional como autonómico, que si tienen la necesidad de operar a vida o muerte a la enferma economía, no tenga que preguntar a los familiares del enfermo, hasta el segundo grado de parentesco.
El día después de las elecciones europeas el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, nos dice que la crisis financiera puede provocar que muchas economías emergentes encaren problemas "de vida o muerte" advirtiendo del grave peligro de inestabilidad civil en esos países.
Y en España, que es un país de contrastes, donde los disturbios en vez de montarlos los parados, los montan los que todavía trabajan, yo me pregunto, si aunque seamos la “octava economía” del mundo, no emergerán en algún momento las masas de parados exigiendo el derecho a una vida digna.
Se hace por tanto necesario un gobierno fuerte, amparado por una mayoría social, sin tener que recurrir a la combinatoria, y que sean los ciudadanos en una segunda vuelta electoral quienes decidan que partido gobernara, sin la necesidad de pagar prebendas y en beneficio del interés general.
Tenemos por un lado un PSOE, tal y como reconocen desgastado por la crisis, que aún perdiendo las próximas elecciones, si consiguiera mantener unos resultados similares a las elecciones europeas, aún podría gobernar con pactos, si las leyes de la combinatoria y las prebendas exigidas por partidos minoritarios se lo permiten.
Por otra parte, tenemos un PP que no acaba de despegar, ni quitar la tajada deseada en número de votos, que le permita a día de hoy un gobierno en solitario, por lo que con los resultados actuales tendría que reeditar viejos pactos de gobierno.
Y por otra parte, tenemos que los principales árbitros del escenario político a nivel nacional PNV y CIU, aún siendo los partidos más votados en sus autonomías han sido apeados por las leyes de la combinatoria de los gobiernos autonómicos que regentaban.
Y yo me pregunto, y quizás se pregunten muchos votantes ¿Por qué no se hace una segunda vuelta electoral?
En mi opinión, creo que los retos del futuro necesitan de gobiernos fuertes, tanto a nivel nacional como autonómico, que si tienen la necesidad de operar a vida o muerte a la enferma economía, no tenga que preguntar a los familiares del enfermo, hasta el segundo grado de parentesco.
El día después de las elecciones europeas el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, nos dice que la crisis financiera puede provocar que muchas economías emergentes encaren problemas "de vida o muerte" advirtiendo del grave peligro de inestabilidad civil en esos países.
Y en España, que es un país de contrastes, donde los disturbios en vez de montarlos los parados, los montan los que todavía trabajan, yo me pregunto, si aunque seamos la “octava economía” del mundo, no emergerán en algún momento las masas de parados exigiendo el derecho a una vida digna.
Se hace por tanto necesario un gobierno fuerte, amparado por una mayoría social, sin tener que recurrir a la combinatoria, y que sean los ciudadanos en una segunda vuelta electoral quienes decidan que partido gobernara, sin la necesidad de pagar prebendas y en beneficio del interés general.
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