LA INTERVENCIÓN ESTATAL EN GM MARCARÁ EL FIN DE UNA ERA

Los partidarios del neoliberalismo económico quizás puedan criticar la intervención estatal en General Motors, al igual que en Chrysler y en el sector financiero, pero dado el elevado grado de apalancamiento de todas las empresas intervenidas la no intervención supondría el colapso del sistema económico.

Los tiempos cambian, y la economía ha pasado a ser global y compleja. Las recetas del pasado ya no sirven y hay que redefinir un nuevo modelo.

Para este nuevo modelo, seria muy interesante que se redefinieran a su vez los partidos políticos y que se abandonen estereotipos del pasado. La cooperación en momentos clave como el actual debería de ser al máximo nivel y para mi es criticable tanto la actitud del actual gobierno, como de la oposición, ambos encerrados en su área y metiendo patadas al contrario.

En una situación como la actual, los cambios son profundos, súbitos y violentos, y tienen consecuencias trascendentales, sobre todos los sectores productivos que se ven afectados por falta de financiación, así como por una crisis de confianza sin precedentes, que arrastra el consumo. En esta situación, el neoinstitucionalismo económico se impone, y el intervencionismo estatal es clave para controlar las deficiencias del mercado y evitar la caída de piezas clave del sistema económico que a su vez aplastarían en su caída al resto del sistema.

La no intervención seria como esperar que los enfermos de cáncer se curen solos.

El problema principal, es que el cambio de modelo es algo nuevo e incierto que se enfrenta a fuertes críticas, de hecho Obama y su administración han venido haciendo campaña sobre lo inevitable de la intervención en General Motors, hasta el punto que nada más intervenirla el secretario del tesoro Timothy Geithner, se apresuro a decir que el Gobierno saldrá del sector de la automoción tan pronto como GM y Chrysler sean capaces de sobrevivir por sí solas.

Y yo me pregunto, ¿por qué una vez saneadas las empresas con dinero público hay que correr a privatizarlas?. Quizás podamos redefinir un nuevo modelo más regulado y con cierta presencia del sector público en la economía, por lo menos en los sectores más estratégicos, para evitar que cuando esta crisis se haya olvidado, se privaticen estas empresas y vuelvan a caer en la espiral de endeudarse hasta reventar, con el fin de aprovechar una ola de bonanza económica que produzca luego una resaca aun mayor.

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