SE ME ATRAGANTO EL CONCURSO DE ACREEDORES

No es recomendable hablar de concursos de acreedores mientras se esta comiendo.

Quizás debería de hacerse una campaña publicitaria desde sanidad advirtiendo de su peligrosidad, ya que aunque es bien sabido que la mayoría de los concursos de acreedores acaba en la muerte de la empresa concursada, sería bien triste morirse atragantado hablando del tema.

Los hechos son los siguientes, comiendo con el gerente de una empresa de construcción, me comenta que un cliente ha convocado un concurso de acreedores, quedándole pendiente de cobrar una obra que la constructora ejecutaba para una entidad financiera.

En ese momento, se me paso una idea por la cabeza que me hizo un nudo en la garganta, le debería dinero la constructora a dicha entidad financiera.

Entro en Google, y no soy capaz de certificar mis sospechas, pero lo que si confirmo es que la novia de esta entidad en una fusión figura entre los principales acreedores de la constructora, y para más INRI, descubro que la entidad financiera participaba en una sociedad que presenta concurso de acreedores entre los cuales figura la constructora.

Y concurso va, concurso viene, en el que primero la empresa participada por la entidad financiera le deja el calote a la gran constructora, y luego la gran constructora a la novia de la entidad financiera y quizás algo a esta (aunque este dato no puedo corroborarlo), el resultado final es que las PYMES que participaron en la construcción de la obra encargada por la entidad financiera se repartirán las migajas que sobren del concurso de acreedores de la constructora y tendrán que poner de su bolsillo, pedir prestado o quitar de sus reservas el calote de una constructora que la entidad financiera a buen seguro sabia que tenia todos los boletos para convocar un concurso de acreedores. Siendo el resultado final que por arte de magia parte del dinero de estas PYMES acaba engrosando el patrimonio de la entidad financiera.

Resumiendo, punto por punto

1. Una PYMES realizan y aportan materiales para una obra perteneciente a una entidad financiera, pero en lugar de hacerlo directamente para esta media una constructora de por medio.

2. La constructora intermediaria convoca un concurso de acreedores.

3. La entidad financiera debía de saber que esta constructora atravesaba por problemas, porque parte de ellos incluso han sido ocasionados por una sociedad en la que la entidad financiera participaba.

4. Las PYMES que han trabajado y aportado materiales, de momento no cobran nada y si lo hacen serán unas migajas dentro de dos años con suerte.

5. Las entidades financieras como acreedores privilegiados de la constructora se quedan con parte del dinero de estas PYMES, sirviendo otras partes de este dinero para pago de salarios de la constructora, administrador concursal, o para el pago de otros acreedores como Hacienda y Seguridad Social

6. Las mismas u otras entidades financieras prestan dinero a estas PYMES para cubrir sus faltas de liquidez enriqueciéndose con ello, o no lo hacen y estas tienen que cerrar.

Y así, magia potagia, parte del dinero del que paga la obra vuelve a él, quedándose sin él quines han trabajado y aportado sus materiales para esa obra.



Por último, despues de atragantarte y una vez expulsado lo que te provoca el atragantamiento respira hondo y despacito.

Nota: este relato es ficción cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, empezando por el hecho de que no me atragante, casi vomito.

Comentarios

  1. Todo es una trampa todo vale y están de moda los tramposos y estafadores.No se a dónde llegaremos con esta sociedad tan deteriorada.Parece que todo es favorable para los estafadores y aprovechados,¿Qué dificil va ser mantenerse como una persona honrada?.Bien levado el artículo con el video.

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  2. Vivimos en la España del Lazarillo de Tormes, la picaresca se llama fusiones de cajas, los buitres saquean a las PYMES en problemas y el rey de los picaros preside la CEOE. Mal vamos, las responsabilidades no se depuran, las perdidas se socializan y cuando empecemos a recuperarnos nadie se acordara de esto, solo los parados y sus familias recordaran los “lanzamientos” de sus casas, las penurias pasadas, la tristeza reflejada en la cara de unos hijos que se bajan del carro del consumismo como si del carro de la vida se bajaran.

    Debemos adorar a un nuevo Dios, el Dios de los mercados, que cual becerro de oro, condiciona el futuro de un país, exigiendo rescates de países ahogados en endeudamiento, endeudamiento cuyo riesgo es asumido por los contribuyentes, por las familias y que se nos endosa cual cadena que se nos pone al cuello.

    Tenemos que estar preparados, la Europa del bienestar se acaba y lo que no espera es la Europa del malestar, del cabreo, del paro, de los recortes sociales, mientras la casta política disfruta de privilegios feudales, tales como que un diputado con tan solo siete años de ejercicio, pueda optar a la jubilación con todos sus derechos mientras que un trabajador necesita 35 años.

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