DE LA PRIVATIZACIÓN DE LA BANCA A LA NACIONALIZACIÓN DE LAS CAJAS, LA ORGIA CREDITICIA Y LA PERDIDA DE PRODUCTIVIDAD.¿HEMOS PERDIDO EL CAMINO?

Del gobierno de los estados hemos pasado a la dictadura de los mercados, de privatizar la banca a nacionalizar los agujeros negros de las cajas que no se sabe a ciencia cierta donde terminan, de fomentar la natalidad con 2500 € a castrarnos insuflándonos dosis de pánico que en nada ayudan al fomento de la natalidad, de recibir inmigrantes a ofrecernos Alemania la taza de caldo para que nuestros mejores profesionales contribuyan a apuntalar su crecimiento.

Dios Santo, ¿que nos ha pasado? Será toda la culpa de Zapatero, será un enviado diabólico para arruinar nuestro país y sumirnos en la más absoluta indigencia. No lo creo, a pesar de negar la crisis, los globos sonda y los bandazos de los cuales tenemos el último con el cambio de criterio en un cuanto al ratio de solvencia de las entidades financieras, que pasa del 6% actual al 8% y que supondrá la nacionalización de algunas de nuestras cajas, sinceramente, y a pesar de los esfuerzos de la oposición por otorgarle tales poderes, pienso que su contribución al descalabro de nuestro país es limitada, aunque no despreciable.

La principal culpa es del exceso de peso que hemos adquirido atiborrándonos de crédito, de la especulación a base de crédito, de la asunción de demasiados riesgos con los créditos, en definitiva del excesivo apalancamiento tanto de las economías domesticas, como de las empresas y por ende de las diferentes administraciones del Estado. Un crédito que nos ha cebado y tapado los ojos, usándose en muchos casos para compensar faltas de productividad sin preocuparnos de mejorar esta.

Con todo esto no quiero decir que sea malo el crédito, al igual que no son malos los huevos o el vino, lo malo es el exceso.

Y así cebados de crédito, nos coge el reventón de las burbujas inmobiliaria y crediticia, la tortilla se da la vuelta y el ciclo cambia cogiéndonos con un exceso de colesterol que obstruye nuestras arterias y un sebo que a duras pena nos deja movernos, y en esta tesitura nos vemos obligados a hacer una dieta salvaje que nos quita nuestros trabajos y casas, que además de deprimir nuestra economía, deprime nuestras ganas de consumir y a nosotros personalmente.

Y llegados a este punto tenemos dos alternativas, morir vomitando nuestros excesos, o adaptarnos al nuevo entorno e intentar influir en él para rebajar su hostilidad, algo que los seres humanos llevamos haciendo desde que habitamos la faz de la tierra.

Sin embargo, con una casta de líderes caduca que no saben a donde ir, con buitres a nuestro alrededor que esperan a que caigamos para comer de nuestras carnes, difícil camino nos espera, pero el camino se hace andando y como decía Machado si no hay camino, se hace camino al andar y como dedía Aníbal si no hay camino lo abriremos.

Pero quizás en este nuevo camino debamos dejar atrás más de un elefante económico para caminar más ligeros.


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