El MERCADEO DE LA DEMOCRACIA

Lo que los votos le han dado los mercados se lo han quitado, "il cavalieri" Berlusconi, además de político cantante, se despide, y los italianos cantan por un cambio que les traerá duros ajustes sin duda, pero que les trae un poco de esperanza.

Aleluya, cantan por el fin de la política basura, por el fin de las orgías de un político decrepito que mezcla la política con la prostitución y prostituye la política vendiendo la democracia a unos tecnócratas. Tecnócratas que aunque parecen la salvación, no son más que la mano ejecutora para los embargos encubiertos que se ciernen sobre Italia, y que vienen afectando a los mal llamados PIGs, a los que nos embargan derechos, nuestra sanidad pública, nuestra educación, nuestras casas y nuestros empleos.

Pero cantemos todos, cantemos con los italianos, porque cuando el pueblo sufre el circo romano calma nuestra sed de sangre. Y así mientras nos relajamos viendo a un Berlusconi doblegado, los leones que operan en el circo económico mundial continúan sedientos de sangre, no saciándose solo con las cabezas de los dirigentes, sino que necesitan asegurarse el sufrimiento de sus dirigidos, y así dirigentes y dirigidos perdidos entre las fieras buscamos un árbol al que subirnos mientras esperamos a ser devorados por unas fieras llamadas mercados que se nutren de nuestros planes de pensiones y nuestros ahorros, que junto a otros de otros países que compran nuestra deuda, en vez de darnos seguridad para el futuro nos roban el presente.

Y así, pieza tras pieza, las piezas del domino van cayendo, pero con la caída de cada títere, otro rápidamente le sustituye para asegurar que la deuda sea cobrada aunque sea en libras de carne, como las que se pretendía cobrar Shylock el usurero del mercader de Venecia.